Fabián es el fundador de Construcción y Supervisión Marín, una empresa constructora con sede en Honduras. En los últimos seis años ha trabajado en todo tipo de proyectos, desde bodegas industriales hasta desarrollos de vivienda vertical. Recientemente, ha estado liderando la construcción de una torre de uso mixto, una de las primeras de su tipo en su ciudad.
Pero con esa escala viene la complejidad. Como él mismo lo dice, lo más difícil de la construcción no es edificar —es coordinar.
“Tienes arquitectos, ingenieros, desarrolladores y contratistas. Cada uno con sus propios documentos. Su propia versión de la verdad. Ahí es donde comienzan la mayoría de los problemas.”
En la mayoría de las obras, incluso las decisiones pequeñas pasan por decenas de personas: arquitectos, ingenieros estructurales, contratistas, electricistas, desarrolladores y clientes. En teoría, todos deberían tener acceso a los mismos planos y actualizaciones del proyecto. En la práctica, rara vez sucede.
“El arquitecto manda un correo. El ingeniero hace una revisión por WhatsApp. El contratista escucha algo diferente en la obra”, cuenta Fabián. “Y de repente, estás construyendo a partir de cinco versiones del mismo plano.”
Fabián intentó resolver el problema usando plataformas como Procore, pero las encontró demasiado complejas o poco adaptadas a la realidad de su equipo.
“Había buenas herramientas allá afuera”, dijo. “Pero ninguna se ajustaba realmente a cómo trabajamos en Honduras.”
Así que hizo algo inesperado: le pidió ayuda a Chat GPT.
“Literalmente escribí: ¿Cuáles son las mejores plataformas de gestión de proyectos de construcción? Y apareció Buildpeer. Nunca la había escuchado. Pero agendé una demo, la probé, y en unas semanas ya todos la estábamos usando.”
Tras programar una demostración y probarla con su equipo, Fabián supo que había encontrado la plataforma correcta.
Un Nuevo Sistema Operativo para la Construcción
En lugar de hacer un cambio drástico desde el inicio, Fabián implementó Buildpeer de forma gradual. Primero, su equipo interno comenzó a subir planos y sincronizar carpetas desde Google Drive. Luego empezaron a documentar avances diariamente, adjuntando fotos, escribiendo notas y registrando el personal por nivel y por día.
“Un mes. Eso fue lo que nos tomó adaptarnos. Después de eso, se volvió parte del día a día. Antes dependíamos de la memoria. De carpetas. De grupos de WhatsApp. Ahora dependemos de sistemas.”
Lo que cambió, dice, no fue solo la documentación, sino la visibilidad.
Ahora, cada persona en su equipo tiene acceso a los planos más recientes. Todos ven las mismas fotos de avance. Todos saben cuántas personas están trabajando, dónde y cuándo.
De Honduras a Monterrey, México: Visita a las Oficinas de Buildpeer
A principios de 2025, Fabián viajó a Monterrey, México, para conocer al equipo de Buildpeer y recorrer proyectos que ya operaban con la plataforma. Era su primera visita a México.
“No quería solo ver edificios distintos. Quería ver formas distintas de resolver problemas.”
En uno de los proyectos, Fabián observó materiales y decisiones de diseño arquitectónico, como el uso extensivo de fachadas de vidrio, que no son comunes en Honduras. En otro, prestó especial atención a cómo los equipos estructuraban sus sistemas mecánicos y de ingeniería. Visitó torres residenciales, observó cómo colaboraban las cuadrillas y habló con líderes de proyecto que ya habían adoptado completamente herramientas de gestión digital.
“Uno cree que tiene el plan perfecto”, dijo. “Pero llegas a la obra y de repente una esquina no encaja. Yo quería ver cómo otros resuelven esos problemas reales, cómo se adaptan en campo.”
La Transición hacia la Digitalización
Cuando se le pregunta cómo ve el futuro de la construcción en Honduras, Fabián no duda:
“Tenemos que digitalizarnos. Hay que dejar de entregar PDFs de 200 páginas y empezar a dar acceso en tiempo real a información viva.”
Él ve a Buildpeer no solo como una herramienta, sino como un cambio de mentalidad. Un movimiento que deja atrás la solución reactiva de problemas y avanza hacia la colaboración proactiva. Y ya está viendo los resultados: menos errores, decisiones más rápidas y equipos más conectados con su trabajo.