En obra, el equipo de protección personal (EPP) no es opcional: es la primera línea de defensa para que cada trabajador regrese con bien a su casa. Sin embargo, todavía es común ver cascos mal puestos, arneses olvidados o lentes guardados en la mochila “porque estorban”.
La realidad es que el EPP salva vidas, siempre que se use correctamente y forme parte de una cultura de seguridad.
Aquí te compartimos lo básico que todo proyecto debe garantizar en cuanto a EPP, y cómo hacer que realmente se use en el día a día.
1. Cascos de seguridad: el escudo básico
El casco protege de golpes, caídas de objetos y riesgos eléctricos.
- Debe usarse siempre dentro de la obra, sin excepción.
- Se recomienda diferenciarlos por color (supervisores, contratistas, visitantes) para mayor control.
- Revisar periódicamente que no tengan grietas o daños.
Un golpe en la cabeza, incluso con un objeto pequeño, puede ser fatal sin casco.
2. Chalecos reflejantes: visibilidad ante todo
En un entorno con maquinaria pesada, camiones y cuadrillas trabajando, ser visible es clave.
- Chalecos con bandas reflejantes de alta visibilidad (amarillo, naranja o verde fosforescente).
- En proyectos nocturnos o carreteros, son aún más críticos.
- Deben estar limpios y en buen estado para cumplir su función.
3. Protección ocular y auditiva
- Lentes de seguridad: evitan lesiones por polvo, chispas, fragmentos de concreto o metal.
- Protectores auditivos: orejeras o tapones en zonas con martillos neumáticos, perforadoras o maquinaria de alto ruido.
Una lesión en los ojos o pérdida auditiva es irreversible; prevenir cuesta casi nada.
4. Guantes: manos seguras, trabajo seguro
Cada tarea requiere un tipo de guante distinto:
- Carnaza para soldadura.
- Anticorte para acero o vidrio.
- Dieléctricos para electricidad.
- Látex o nitrilo para químicos.
El error más común es usar un solo tipo de guante para todo. El buen subcontratista sabe que debe asignar el correcto según el riesgo.
5. Arneses y líneas de vida
Trabajar en altura sin arnés es jugar a la ruleta rusa.
- Todo trabajo por arriba de 1.80 m debe contar con protección contra caídas.
- El arnés debe estar certificado, en buen estado y bien ajustado.
- Siempre conectado a una línea de vida o punto de anclaje confiable.
En México, gran parte de los accidentes graves en construcción se deben a caídas. El arnés no es negociable.
6. Calzado de seguridad: firmeza desde abajo
Las botas deben tener:
- Casco de acero o composite.
- Suela antiderrapante.
- Resistencia a perforaciones.
Un buen calzado no solo previene lesiones, también da estabilidad al trabajador en superficies irregulares.
La cultura del uso correcto
El EPP solo funciona si se usa siempre y de forma adecuada. Para lograrlo:
- Capacitación constante: explicar el porqué, no solo el qué.
- Supervisión: el residente y los líderes deben dar el ejemplo.
- Disponibilidad: la empresa debe entregar equipo en buen estado y reponerlo cuando sea necesario.
No sirve de nada tener arneses nuevos guardados en la bodega.
El EPP no es un costo, es una inversión. Cada casco, cada arnés y cada chaleco representa la diferencia entre un día de trabajo normal y una tragedia.
Un proyecto exitoso no solo se mide en tiempos y costos, sino en la seguridad de su gente. Porque al final, el mejor resultado de una jornada es que todos regresen a casa sanos y salvos.